
En entrevista la profesora Silvia Juárez Martínez ex presa política, narró el como fue aprendida y el proceso que vivió estando privada de su libertad.
Comentó que siempre ha participado en movimientos sociales activamente por causas justas y que el conflicto 2006 no fue la excepción, dijo que “al inicio de la lucha estuvimos activamente desde el desalojo del 14 de Junio y mucho antes desde el plantón apoyando, después se vinieron más acciones fuertes, por lo regular me gustaba ir a las barricadas por que en el día, como eres mamá, ama de casa y esposa pues debes cumplir con esa parte”. Señaló que su mayor presencia era en la noche ya que les tocaba cuidar la barricada de la Soledad así, como en brigadas ya que en esos días la represión estaba fuerte. Mencionó también que había gente que vivía alrededor de las barricadas y que ofrecía ayuda.
Explicó que el día 25 de noviembre “las cosas estaban a todo esplendor y que el ambiente era pesado, ese día se escuchaban rumores que decían que se iba a dar la represión, pero aún así asistió a la marcha que se realizó ese día, al llegar a Santo Domingo aún las cosas estaban tranquilas, el magisterio ocupó su lugar, se escuchaba que se iba a cercar a la Policía Federal Preventiva (PFP), pero nosotros hasta ahí por que acompañamos la marcha y nos fuimos a nuestro campamento a Santo Domingo, pero a la hora empezaron a atacar la parte de la PFP hacía los jóvenes que estaban no tan cerca, casi al frente y empezó la represión, botaban gases, piedras y cosas así eso veíamos nosotros como a lo lejos, y ahí estuvimos, pero más tarde los policías ya iban avanzando y se empezaron a comunicar que estaban cercando pero ni aún así nos salíamos, después se empezó a escuchar más fuerte el rumor que ya estaba cercado todo y hay que irnos pero en ese momento todo mundo empezó a correr y los policías empiezan avanzar y todos se dispersan, cuando vimos ya teníamos a los policías hacía uno, ya habían detenciones, traían ya a jóvenes golpeados y con sangre, era un gritadero, las mujeres pidiendo que las dejaran y de repente yo siento que nos detienen un policía, otro, y yo me junté con muchas compañeras y les dije que no nos soltáramos”, así mismos dijo que en ese momento su nuestra máxima preocupación era que no las violaran. Señaló que las detenciones fueron y siempre han sido arbitrarias y con toda la fuerza represiva. También dijo que al ser detenidos los llevaron al zócalo donde los amarraron y los intimidaron. Así mismo comentó que las subieron a camionetas donde estaban sometidos con la cabeza hacía abajo perdiendo así la noción del tiempo y el lugar donde se encontraban, guiándose por instinto y escuchando lo que comentaban los policías, “yo pensé que nos llevaban a Miahuatlàn, pero nos llevaron al reclusorio de Tlacolula, ahí estuvimos en la noche, y en la madrugando nos bajaron a dar la declaración previa, pero yo siempre decía mañana salgo por que en ese momento yo recibí una llamada de un amigo judicial que me dijo que me buscaban y que al día siguiente saldría, eso me mantuvo tranquila, nuestra sorpresa fue que ese día que estábamos bajando a dar las declaraciones así como de a montón y con tanta rapidez, les urgía hacer las declaraciones por que nos iban a trasladar. Al rato nos dijeron que nos subiéramos al autobús y pensamos que ahora si nos trasladarían a Miahuatlàn pero nos llevaron al aeropuerto y nos subieron, yo seguía pensando que nos llevarían a Miahuatlàn solo que vía aérea, cuando perdí la esperanza fue cuando más de media hora el avión no bajaba, yo sentía que el avión daba vueltas, los policías mencionaban que nos llevaban al reclusorio de México el de máxima seguridad, pasaba el tiempo, y decían que a las Islas Marías.”
La profesora aseguró que nunca se les informó a donde los llevarían así mismo dijo que la PFP los acompañó todo el tiempo.
“Cuando llegamos a ese lugar, todavía del aeropuerto nos trasladan en autobuses, pero yo ya veo a la gente diferente, con otro tipo de voz, imaginé que era otro estado por el tipo de gente, de ahí nos llevan a un lugar solitario, ahí me dio miedo, desde la entrada se escuchaban ladridos de perros y en ese lugar fue el único en donde pensé lo peor, las paredes estaban manchas de sangre, sucias, nos recibieron mujeres altas pero bien groseras, y solo nos quedaba obedecer ordenes, nos tomaron los datos y huellas y cosas así y nos fueron pasando a las habitaciones estaban feas pero más limpias, nos leyeron que estábamos detenidas pero aún no sabíamos donde y nos pasaron a celdas, sin comunicarnos con nuestra familia, nos dieron comida diferente y nos dábamos cuenta que no era Oaxaca. Le pregunté a una veladora que donde estábamos y ella nos dijo que en Tepic, Nayarit, pero que no dijéramos que ella nos había dicho, por que en todo lugar había cámaras, de ahí corrimos la voz a las compañeras, yo decía que con una movilización salíamos, pero no veíamos las cosas tan fáciles también por que en Oaxaca no andaban bien las situación. Duramos como cinco días sin comunicación. Visitaron después a una compañera y se empezó a correr la información, como a los cuatro días entró mi hermano y me comentó que había que esperar, la gente tenía miedo, y cosas así, regreso a la celda y comienzo a comentar a las compañeras, y se así pasaron otros días, comenzaron a entrar más visitas y nos dijeron que la gente ya había salido y que se estaba movilizando, también la abogada de Derechos Humanos nos visitó y ella nos dio mucho aliento. Nos sentíamos mal por no sabíamos que en el lugar en que estábamos era un reclusorio de máxima seguridad; el lugar era grande, los guardias no se te despegaban, habían muchos presos, no sabíamos que estamos catalogados como reos de alta peligrosidad, a cada rato era la revisión, pase de lista, ir a ver que estábamos haciendo, las reglas estrictas, pero entre todas veíamos la forma de hacerlo ameno y echar humos blanco en momentos que las guardias no estaban; cuando nos bajaban para ir a los juzgados teníamos que pasar por túneles subterráneos y veíamos celdas ahí” “lo más duro fue cuando nos leyeron el auto de formal prisión y nos dieron 30 años, se nos cayó el ánimo por que estábamos en un lugar lejos, las compañeras empezaron a llorar y esas cosas, pero pensamos que a lo mejor era psicológico eso fue el pasaje más duro. Mi esposo me decía que la gente ya se estaba movilizando en Oaxaca y que íbamos a salir pronto, como a los tres días nos dijeron que preparáramos las cosas por que nos iban a cambiar de reclusorio y nos llevaron al autobús, y fue cuando nos dijeron que íbamos libres, afuera ya había gente esperándonos y nos recibieron, estuvimos ahí 20 días”
Hoy en día los expresos no han dejado de realizar acciones y no han parado de luchar “otro paso que vamos a dar es la contrademando contra el estado y la gente que nos detuvo ilegalmente y a la reparación del daño, es decir dejar un precedente en el estado”.
Por último mencionó que seguirán buscando apoyo en organismos internacionales, ya que ni el Estado ni México hacen nada, también recalcó que pareciera que al gobierno no le pesa.
Sin embrago, el gobierno estatal y federal han mostrado poco interés, sensibilidad e ingobernabilidad ante la problemática social, lo cual ha originado que los afectados busquen apoyo en organismos internacionales no gubernamentales
No hay comentarios:
Publicar un comentario