jueves, 18 de noviembre de 2010

¿Envenenamiento selectivo?








La hipótesis vuelve a levantarse sin que a nadie deba sorprender después de haber visto tantas siniestras conspiraciones urdidas por los poderes imperiales, unas reveladas y otras todavía guardadas bajo siete llaves, para hacer desaparecer a líderes incómodos a los intereses del dominio hegemónico en el planeta.

Abu Zaki, quien escoltó a Arafat desde 1988 hasta su fallecimiento en 2004 en un hospital de París considera probable que fuera envenado “por algún otro medio” alternativo a la comida, dada las sofisticadas tecnologías para el magnicidio desarrolladas bajo la sombra del terrorismo de Estado y sus prácticas de asesinatos selectivos. Lo cierto es que el deceso del presidente palestino sigue envuelto en un halo de misterio, y ni siquiera el afamado nosocomio ha logrado o no ha querido señalar con precisión la causa de la muerte en su informe de 588 páginas, y mucho menos frenar las previsibles especulaciones desatadas.

Algún dia tendrá que salir la verdad a la luz pública sobre un suceso que a la larga benefició a Israel en sus permanentes intenciones de disipar la resistencia palestina y cumplir sus designios expansionistas.





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