
«El "trabajo" es, por su esencia, una actividad no libre, inhumana e insocial, condicionada por la propiedad privada y creadora de propiedad privada. La abolición de la propiedad privada no se hará realidad hasta que no sea concebida como abolición del "trabajo".» Karl Marx, 1845
La época que estamos, como clase trabajadora, viviendo en nuestro país es ya, dolorosa y dramática, incluso trágica para miles de trabajadoras y trabajadores de Luz y Fuerza del Centro, que sin más trámite, un decreto del espurio Calderón los echó a la calle en octubre del año pasado. “El drama se sufre; la tragedia, en cambio, se merece, como todo lo grande”, escribió alguna vez Roland Barthes. ¿Merecemos un destino trágico l@s trabajador@s de México?, tal vez, en tanto el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), que tuvo a 44 mil despedidos de un jalón y que a 6 meses del despojo de sus centros de trabajo, han manejado una “resistencia” titubeante, aunado que no han recibido el apoyo suficiente que se esperaba de las organizaciones sociales, partidos políticos y la sociedad en general. Bajo este contexto a la derecha no le quedó otro camino que ir por la cereza del pastel en materia laboral, su muy cacareada “reforma”, ¿Mejor momento que este?, imposible, el Frente Sindical Mexicano con el SME a la cabeza, acorralado, la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), postrada y la Coordinadora de Trabajador@s de la Educación (CNTE), dividida, en lo concerniente al movimiento laboral. Así las cosas y esto lo sabe el grupo dominante y explotador (PRIAN) que conduce el país sometiéndolo a la enajenación, dependencia, corrupción, opresión y violencia desmedida y en base a esta realidad el espurio Fecal a través de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, representada por el porro Javier Lozano, presenta su “moderna” reforma laboral que contiene las propuestas más retrógradas de los patrones que militan en la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), y podemos empezar desde su falsa “exposición de motivos”: En el tercer párrafo plantean “que de 133 países que forman parte del Foro Económico Mundial, en materia de competitividad nos ubica en el lugar ¡115!”, “porque no somos eficientes y porque la mujer participa marginalmente en el mercado laboral” ¿en base a qué?, por otro lado la Secretaría de Economía dice que somos la 10° economía del mundo, no es contradictorio?;si sumamos los países de América, Europa y Asia son 146, si descontamos los 31 más pobres de Asia y América cuyo ingreso máximo por cabeza al año es de 1050 USD, entonces México ya está en este nivel y no en los 7700 USD que maneja el Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática (INEGI), en esta misma tesitura dicen que el Banco Mundial nos ubica en el lugar 103 en el “índice de dificultad de contratación”; en el 116 en el “costo por despido” y en el lugar 98 en el “índice de flexibilidad en los horarios laborales”. ¡Nada más falso!, en un país con una población económicamente activa (PEA) de 48 millones de personas, que ya se ubican en su mayor parte en la informalidad, patrones y “juntas de conciliación y arbitraje”, todas ellas imperios de corrupción e impunidad, hacen lo que les da la gana, despiden cuando quieren y manipulan jornadas de trabajo a su arbitrio, que ya van a legalizar con su “reforma laboral”, en este país sin proyecto de nación, sin rumbo definido, solo muy pocos ganan y los abusos que la reforma laboral panista encubre, son entre otros:
1. Consolida y da mayores facultades a las corruptas juntas de conciliación y arbitraje.
2 .Obstaculiza la creación de sindicatos y la firma de contratos colectivos.
3 .Atenta contra la estabilidad en el empleo al permitir la contratación por horas, de manera discontinua, incluso por ¡semana! (Art. 39-F y 83)
4 .Encubre el trabajo subcontratado, regulándolo con “multas a patrones”. (Arts. 15-D y 1004-C)
5 .La duración de las relaciones de trabajo podrán suspenderse por contingencia sanitaria, con pago de salario mínimo.(Art 42bis)
6 .Plantea la contratación por “temporada”. (Art 42)
7 .En un juicio por despido injustificado el patrón solo será tendrá la obligación de pagar salarios caídos hasta por seis meses máximo, a pesar de que los juicios promedio duran 4 años y hay casos hasta de más de 14 años! (Art 48)
8 .Se legaliza el pago electrónico vía tarjetas bancarias y no en efectivo con moneda de curso legal. (Art 101).
9 .Las juntas de conciliación y arbitraje pueden otorgar a los patrones suspensión de reparto de utilidades a los trabajadores (Art. 121)
10. Impone más requisitos a las demandas por titularidad de contrato y al derecho de huelga; ¿Qué más quieren los patrones y su régimen espurio?, van por todo, y les falta ¿Cómo los vamos a detener? ¿Por las buenas o… por las malas?
Quítese la venda de los ojos. ¿Guerra contra el narco? ¿Contra el crimen organizado y contra la delincuencia? ¿Guerra de los malosos (Zedillo dixit) contra los niños buenos de la sociedad civil? Al quitarse la venda de los ojos cierre los oídos a la publicidad oficial. Considere que hasta hace poco los malos no participaban en la guerra mediática. ¿Para qué? Dormían en los laureles del proverbio evangélico: por sus obras los conoceréis. Y como Satanás y el pecado, se dieron a conocer. ¡Y cómo! Hoy recapacitan. Conscientes del valor de la publicidad retan al gobierno con armas tan poderosas como los cuernos de chivo. Florecen narcomantas y cadáveres colgando sobre la vía pública. ¡Terrorismo! El gobierno quita las mantas y remueve los cadáveres, pero el mensaje permanece y se difunde en los medios, y el Presidente contesta en algún acto público que no viene al caso iniciando, como dicen los españoles, un diálogo de besugos (¿qué horas son? Es jueves). Todos se comunican mediante discursos republicanos y narcomantas. Una auténtica sociedad de locos. El problema son los muertos, que continúan abarrotando los servicios médicos forenses. Más de 15 mil en lo que va del sexenio. Cinco mil por año. Así llegaremos a 30 mil (los sociólogos consideran que un conflicto interno se convierte en guerra civil cuando arroja mil muertos al año). Soldados, marinos, policías, sicarios: ¡todos mexicanos! Y a últimas fechas civiles. (Según Sedena mil 326 niños y mil 80 mujeres.) Niños de prepa, tildados de pandilleros en Juárez y masacrados en Durango; estudiantes de posgrado (futuro de la patria) confundidos con sicarios. Amas de casa (la sal de la tierra). ¿A quién le importan el PIB y la tasa de cambio? ¿Quién teme a la inflación? ¿Dónde quedó el hoyo de mister Carstens? Ya lo dijo Hillary: sin seguridad no hay inversión. Así que no se preocupe por lo económico. Está igual o peor. Antes decían la bolsa o la vida. Hoy tenemos más opciones: morir de A/H1N1, perder el empleo o dejar el pellejo en un fuego cruzado. Quítese de cosas, esto es una guerra civil. Más confusa y agresiva que en Irak, donde sólo luchaban sunitas y chiítas entre sí, y contra los chicos de George W. Bush (murieron 5 mil marines en los cinco años de la guerra: ¡una bicoca para las cifras de la guerra mexicana!). Lo único que nos falta son bombas a la orilla del camino y en los mercados públicos. Pero vendrán, téngalo por seguro. Hay estados vencidos por la delincuencia: Chihuahua, Sinaloa, Baja California, Tamaulipas, Durango, Guerrero, y ahora Nuevo León; ciudades convertidas en campos de batalla a plena luz del día, y aterrorizadas de noche por caravanas de camionetas blindadas: Juárez, Tijuana, Acapulco, Cuernavaca, Mazatlán, Torreón, Monterrey. Esta minoría ridícula, como la llamó Calderón, obligó a los más poderosos secretarios de Obama a trasladarse a México para corregirnos la plana. La visita fue en cierto modo innecesaria, porque ya la boquifloja de Janet Napolitano nos había anticipado que la participación del Ejército Mexicano no está funcionando. Y 59 por ciento de los mexicanos estuvieron de acuerdo en la última encuesta. Todos quieren el regreso de los militares a los cuarteles; todos desean escuchar el toque de retirada. Gracias generales, oficiales y tropa. Con la pena, los regresamos a sus cuarteles sin protección legal, con los laureles marchitos y la excelente reputación de antaño en tela de juicio. Estamos dispuestos a abandonar la plaza a un enemigo que formó pequeños gobiernos. Cobran impuestos, imponen leyes y cuentan con fuerza pública, reconoció Calderón. Pequeños gobiernos que retan a un gobierno central cada vez más débil. Ya lo había reconocido Calderón en Madrid el año pasado, pero hoy añadió un dato más importante: dijo que las funciones asumidas por la delincuencia son las que definen un gobierno. ¿Está todo perdido? Para Calderón somos un Estado en riesgo de ser inviable si se trata de justificar la guerra contra el crimen, pero es tamos lejos de caer en el calificativo de Estado fallido cuando no es necesario esgrimir justificación alguna. Jorge Castañeda y Rubén Aguilar consideran que en esta guerra, perdida de antemano, Calderón olvidó las tres recomendaciones de Colin Powell cuando Estados Unidos se lanzó a la primera guerra del golfo Pérsico: fuerzas suficientes para avasallar al enemigo, una clara estrategia de salida y una más clara definición de lo que constituye la victoria. Nadie sabe, porque las cifras oficiales se guardan celosamente, si los 94 mil elementos involucrados son suficientes para avasallar al enemigo, pero los pobres resultados indican que no. En cuanto a la estrategia de salida recomendada por Powell, y a la clara definición de lo que constituye la victoria, resulta obvio que nuestro gobierno no tiene ni idea. Las recomendaciones de Powell fueron seguidas exitosamente por Bush padre para liberar Kuwait. No obstante, en la invasión de Irak, las mismas recomendaciones fueron ignoradas por Bush hijo con los tristes resultados que conocemos. Éste es el caso de México.
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